¿Se han puesto a pensar que difícilmente vemos en el supermercado frutas y verduras de formas extrañas o que no sean estéticamente perfectas?
Los grandes corporativos han impuesto estándares de cómo se deben ver los productos que exhiben en sus anaqueles, forzando a los productores a separar aquellos que por naturaleza no cumplen con estas “reglas de belleza” y que normalmente terminan en la basura.
Hace unos meses, la cadena francesa de supermercados Intermarché introdujo una campaña llamada “Frutas y verduras feas” con el objetivo de crear conciencia sobre el desperdicio de alimentos y formar consumidores más responsables. Para lograr esto, lo que hicieron fue regalar jugos y sopas hechos a partir de estos ingredientes “feos” y luego montaron una sección especial donde ofertaban éstos a precios reducidos. El resultado fue positivo y las personas se acercaron entusiasmadas a comprar las frutas y verduras que, bajo otras circunstancias, jamás habrían escogido.
El tema del desperdicio de alimentos es un asunto alarmante que debería ser prioridad para todos los gobiernos del mundo, pues nos afecta a todos. En México se desperdician 31 mil toneladas de comida al día; si todas las grandes cadenas de supermercados en nuestro país adoptaran esta campaña, sin duda este número disminuiría considerablemente.