Nada más comienzan las guitarritas de la inevitablemente bailable “Guacamole” del disco “The Nada” (2000) del divinísimo y original Kevin Johansen, para que te den ganas de ir corriendo a comprar unos aguacates (o palta, como se llaman en Sudamérica) y preparar esta receta tan fresca como cosmopolita.
Por Analhi Aguirre
Kevin se va a hacer las compras en una Buenos Aires llena de almacenes, fútbol y barrio, yuxtapuesta con un inglés medio spanglish, medio español rarísimo, creativo a mil. Antes de que el mantel se despliegue, ya está Queen Latifah, la FIFA, la Copa del Mundo y la chica (infaltable) que flecha a Kevin.
Después empezamos a comer escabeche con café con leche, habichuela, hot tamale, milanesa, queso con frambuesa, además de (por supuesto) chimichurri con un poquito de chequendengue y caipiruva. Desde un patio argentino, no sólo vemos paso por paso la elaboración del mejor guacamole, sino que también nos dan la lista de los ingredientes, que se combinan con argentinismos tan cálidos y de todos los días que no hacen otra cosa que lograr que definitivamente comamos en “lo de Beto”: la manteca se junta con Boca Juniors, River, Chacarita y –más vale- “el Diego, que no perdona”, todo con dos expresiones broche de oro e infaltables en una mesa del Cono Sur: “Muy rico todo” y “Un aplauso para el asador”. Imposible que te pierdas a Kevin yendo a la verdulería con su bolsa de los mandados y, luego, bailando en el techo de la casa una coreografía aeróbica increíble.