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Y tú, ¿también prefieres pescado?

La sabiduría de nuestros antepasados yace en los miles de años de experiencias grabadas en nuestros genes. Podemos no saber los porqués pero nuestro cuerpo sí lo sabe, y manifiesta sus preferencias de muchas formas asombrosas. En especial cuando de comida se trata.

Por Alona Gullbina

Desde los tiempos remotos de nuestra prehistoria -y más allá-, salvo pocas excepciones de contextos geográficos extremos, los humanos nos formamos como criaturas omnívoras, que consumen todo tipo de alimentos. Sin embargo, tenemos nuestras preferencias y las llamamos gustos.

Amantes del pescado

Los gustos se forman tradicionalmente de acuerdo con el medio ambiente. No importa en qué parte de la Tierra esté la población; si hay aguas cerca, la gente buscará pescado -y no es por su accesibilidad ni por su abundancia-. Los ríos, mares y océanos, por lo general, implican algunos peligros para los pescadores pero, a pesar de eso, siempre regresan por más pescado.

¿Qué hay en el pescado que ha sido elegido por la mayor parte de nuestra especie? ¿Qué diferencia existe al compararlo con otros alimentos? ¿Por qué ahora los dietólogos y médicos sugieren consumirlo varias veces por semana?

La respuesta es bastante simple: La grasa de pescado tiene una estructura molecular óptima para la reconstrucción celular. No es ningún secreto que el proceso de reparación celular en nuestro cuerpo sea permanente, y para ello necesitamos material de reconstrucción. Este material proviene de los macronutrientes (carbohidratos, proteínas y grasas), de los cuales son las proteínas y las grasas protoplásmicas las que se encargan de este proceso de reconstrucción.

Grasas protoplásmicas

Son las grasas insaturadas, que contribuyen a las elasticidad y flexibilidad de nuestras membranas celulares -lo que las hace más resistentes-. Este tipo de grasas no la producimos de manera endógena -como sucede con las grasas que acumulamos alrededor de la cintura- y la única forma de recibirlas es con la comida.
También los vegetales nos brindan grasas insaturadas, pero en la comida vegetal no existe esa perfecta combinación de proteínas -fáciles de digerir y asimilar- y grasas -que mejoran las membranas de nuestras células-. La digestión de las proteínas de origen vegetal es más compleja y menos efectiva, ya que están envueltas en celulosa, la cual no podemos digerir.

Proteínas

El valor nutricional y la capacidad reconstructiva de la comida proteica yace en su composición aminoacídica. Necesitamos 20 diferentes aminoácidos en proporciones determinadas para mantener nuestro cuerpo sano y fuerte. Los recibimos consumiendo comida proteica, pero el secreto es que no todos los alimentos tienen estos aminoácidos completos y/o en cantidades suficientes. En este sentido el pescado no supera a la carne, pero puede reemplazarla fácilmente. Se recomienda combinar diferentes comidas proteicas para abastecernos con todos los aminoácidos que necesitamos a diario. En especial, los niños, las madres gestantes, los lactantes y las personas de ambos sexos que tienen rutinas de esfuerzo físico superior.

Pescadores

Bondades del pescado

Regresando a las preguntas anteriores, entonces: ¿Por qué pescado?

Porque combina las propiedades reconstructivas de las grasas protoplásmicas con los microelementos -tales como el fósforo, calcio, magnesio, selenio, yodo- y las vitaminas -A, D y las del grupo B- y todo esto se complementa con las proteínas de alta calidad que aporta, fáciles de digerir y asimilar.

Nuestro gusto por este alimento se formó evolutivamente: los que lo preferían pasaban sus genes a las siguientes generaciones, con más probabilidad que los que no lo hacían, porque gracias al consumo de pescado, eran más fuertes y más sanos y más resistentes a las adversidades de la vida. Así que podemos concluir que comer pescado es siempre mejor que no comerlo.


Fotos: Pixabay

0 comentarios en “Y tú, ¿también prefieres pescado?”

  1. Me encanta tu post y me encanta el pescado.
    Así que estaba en lo cierto, es pescado, además de riquísimo es buenísimo para ti, para mi, para todos.
    ¡Viva el pescadito!!!
    Riquísima entrada.
    🙂

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  2. Pingback: Y tú, ¿también prefieres pescado? — Mapas Gourmet – Derecho con Adela

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