En 1994 aparece “Reality Bites”, una película que marca a una generación (y que todavía lo hace) que saca a relucir las enormes dificultades de la búsqueda de trabajo y amor en un tiempo de comida chatarra, sexo rápido, salidas del clóset y relaciones desencontradas.
Por Analhi Aguirre
Con la dirección del, en aquel entonces, talentoso Ben Stiller, y con una de las mejores bandas de sonido noventera ejemplar-, existen una exquisita Winona Ryder –Lelaina- y un prometedor Ethan Hawke–Troy- que junto a Janeane Garofalo –Vickie- y Steve Zahn –Sammy-, forman un grupo de recién graduados, salvados únicamente por la amistad.
En la segunda secuencia y por haber terminado sus estudios, el padre de Lelaina le regala un carro usado y una tarjeta para comprar gasolina. Además de que toda la cinta está literalmente llena de toda clase de productos comestibles- pizza, vino, cervezas, refrescos, pasteles, café- hay un segmento que es inolvidable. Como los amigos comparten una casa, Lelaina los invita al “Food Mart” para abastecerse de alimentos. De repente, Vickie escucha un hit en la radio: el casi tribal “My Sharona” (1979) del legendario grupo “The Knack”. Acto seguido, le pide al dependiente que suba el volumen. Lo mejor: el cabello de los cuatro saltando en medio de comida enlatada, poniéndole toneladas de onda a este tipo de lugares. Aviso: te darán ganas de juntar los hombritos y ponerte a bailar en algún sitio similar a la vuelta de tu casa.