¿Qué ocurre cuando en un pueblo donde nunca pasa nada tres mujeres piden que llegue el hombre perfecto a sus vidas y se les aparece el mismísimo diablo? Él les organizará las cenas más románticas, pero también las castigará con otro tipo de banquetes.
Por Analhi Aguirre
“The Witches of Eastwick” (1987) es una de esas joyas del cine que casi nadie vio o le prestó atención. Lo genial comienza con Jack Nicholson, Cher, Susan Sarandon y Michelle Pfeiffer. ¿Cómo una película con ese reparto podría salir mal? Desilusionadas del amor, tres bellas amigas –Alexandra, Jane y Sukie-, hacen un hechizo para pedir que llegue a sus vidas un hombre e, implicítamente, compartirlo. Repentinamente, un extraño llega Eastwick y de ahí en más, ellas serán arrolladas por la endemoniada seducción de Daryl. Ahora, una vez que las chicas se dan cuenta que este señor no tiene buenas intenciones, deciden poner un poco de brujería en acción y optan por las cerezas, que aparecen, no precisamente, en su mejor versión. Entonces, la guerra de los sexos explota, mientras el demonio se pregunta si las mujeres son un error de Dios.
Cuidado: la escena no es apta para personas sensibles.