Resulta que una pareja de mujeres se enfrenta con la curiosidad de sus hijos de saber quién fue su donante biológico. Y repentinamente, se dan cuenta de que ese archivo, que eligieron por los supuestos estudios universitarios relacionados con la gastronomía del hombre, terminó siendo un cuasi “salvaje” dedicado a la jardinería.
Por Analhi Aguirre
Nic –una genial Annette Bening- y Jules – una fresca y excelente Julianne More- son un matrimonio bastante convencional, visto desde una perspectiva absolutamente heteronormativa: la primera de ellas es obstetra, aferrada a la educación formal, y la otra es una ama de casa que ha decidido dedicarse al diseño de paisajes. Por supuesto, ambas forman el clásico estereotipo de lesbianas felices y de entre casa. El problema es que cuando conocen a Paul –un perfecto Mark Ruffalo-, el esperma que ellas “distinguieron” hace 18 años atrás, se enteran de que su prospecto de vida no tiene nada que ver con lo que Nic quiere para sus hijos. Jules, en cambio, es un poco más flexible y abierta. En medio de una típica y deliciosa comida, estilo picnic y bien campestre, con una mesa llena de vegetales, vinos y salchichas asadas, Nic tiene que callar a quien podría convertirse en el padre de sus hijos y amante de su esposa con una enorme pila de papas fritas. Más allá del conservadurismo que encierra este film, el tema que tratan es totalmente actual y poco mostrado en el cine. Además, está lleno de delicias, tan gourmet como caseras.