Este pintoresco pueblo mágico, perteneciente al estado de Querétaro, me sorprendió gratamente. Les cuento por qué…
Por Fran Norero
San Sebastián Bernal, también conocido popularmente como Peña de Bernal (que es en realidad un pleonasmo), ostenta tener el tercer monolito más grande del mundo (después del Peñón de Gibraltar y el Pan de Azúcar), motivo suficiente para que desde un inicio capturara mi atención.
Es un pueblo pequeño, donde sus pocos más de 4 mil habitantes viven a otro ritmo. Nada abre antes de las 11 am., y después de las 8 pm. no anda un alma en las calles pero, a la vez, tiene un desarrollo hotelero muy interesante, calles que serían la delicia de cualquier fotógrafo, con sus construcciones contrastantes en tonos mostaza y terracota, sus flores de colores y su gastronomía, que es más que destacable.
Consejos generales
– No te pierdas los amaneceres y atardeceres. Algo tiene la peña, un magnetismo casi místico, que hará que no quieras perderte la experiencia de cómo el cielo va cambiando a su alrededor.
– Si te decides a subirla, lleva buena hidratación y calzado con buen agarre. Hasta la mitad del trayecto hay un sendero, desde allí en adelante necesitas un equipo de escalada profesional, por lo que el grueso de la gente llega hasta la mitad. En total tiene 288 metros de altura.
– Si te quedas en el pueblo, no olvides abastecerte temprano de lo que necesites, de otro modo te tocará aguantar el hambre hasta las 11 de la mañana, cuando vuelva a abrir el comercio (yo llegué de noche, me pasó).
– Cárgate de la energía del lugar. Para mí, que estoy muy acostumbrada al ritmo imparable de la ciudad, fue una excelente oportunidad para bajar revoluciones y conectarme conmigo y con este hermoso lugar.
Dónde dormir
Villa Peñasco: hermosas villas absolutamente equipadas, con un rooftop perfecto para picar algo y tomar una copa al atardecer.
Las habitaciones son amplias y con camas cómodas; los pisos tienen una sala de estar con una decoración impecable que invita a relajarse.
El rooftop ofrece vistas impresionantes…
Hotel Centenario Arroyitos: Este hotel debiera ser una parada obligada para quienes visitan el pueblo.
Además de tener increíbles vistas a la peña es una réplica del pueblo, con su iglesia y sus tiendas, y cada habitación está ambientada de forma temática a la perfección.
Réplicas de distintas partes del pueblo convertidas en habitaciones:
Por fuera una tienda ¡y por dentro también!, pero además habitación.
Algunas habitaciones imitan tiendas de abarrotes; otras parecen verdaderos castillos, con terrazas superiores perfectas para los atardeceres, hidromasajes en la habitación para escapadas románticas, además de áreas verdes para pasear y disfrutar, llenas de farolitos… ¡Perfecto!
Dónde comer
El Negrito: No puedo dejar de recomendar este lugar porque caí enamorada de sus gorditas de maíz azul, de las que tanto me habían hablado. Pude ver cómo las hacían y probé la de tinga de pollo y la de requesón, siendo la segunda mi favorita porque, como chilena, tengo poco aguante al picante.
Las deliciosas gorditas de maíz azul
El Negrito, es una restaurante sencillo y familiar, que prepara una variedad de guisados caseros para las gorditas. Para desayunar puedes acompañarlas con un sabrosísimo café de olla, y más tarde deleitarte con sus micheladas. ¡Ya quiero volver!
A ver si se animan a visitar San Sebastián Bernal, a mi me atrapó porque es un lugar sencillo pero lleno de rinconcitos que enamoran.
Fotos: Fran Norero
0 comentarios en “Los encantos de San Sebastián Bernal”
Que bonito lugar!!