El flat white, en palabras del actor Hugh Jackman, “es como un latte, pero con menos leche y más espresso.” Pero en realidad es algo más complicado que sólo eso.
Hace unos años las opciones entre las que podías elegir cuando de pedir un café se trataba se limitaban a: americano, espresso, espresso cortado, latte o capuccino. En la actualidad, gracias a las grandes cadenas de cafeterías y cafés de especialidad, tenemos un sinfín de alternativas a elegir para confeccionar nuestro café a la medida. ¿Leche entera? ¿deslactosada? ¿deslactosada light? ¿de soya, de coco, de almendra o de arroz? ¿A qué temperatura la quieres? ¿Endulzada? ¿con azúcar, miel de agave o stevia?…Son demasiadas decisiones para una sola bebida.
Sin embargo, en Australia y Nueva Zelanda las personas desde hace muchos años se han apegado a un viejo favorito de las cafeterías de aquel rincón del planeta: el flat white. Actualmente aún existe un debate sobre quiénes inventaron esta (ahora) famosa bebida, si los kiwis o los australianos, pero en realidad es muy difícil saberlo con seguridad. Lo que si sabemos es que desde los años 70s se había mantenido como el secreto mejor guardado de estas islas. Entonces…¿qué es el flat white? Es una bebida a base de café que se prepara con dos cargas de espresso y espuma de leche calentada de manera uniforme para que ésta no se separe (líquido y espuma) en ningún momento, lo que resulta en una bebida cremosa y de sabor intenso. Los puristas aseguran que se debe servir en una taza de 165 ml (mucho menos que la medida estándar de un latte) para asegurar que las proporciones sean las correctas.
Cada vez es más fácil encontrar cafeterías de especialidad que preparan esta bebida fuera de Australia y Nueva Zelanda, incluso el café de la sirena verde ya lo incluyó como parte de su menú, sin embargo, los nativos de estas islas aseguran que sólo ahí se puede beber un verdadero flat white.