MAPAS GOURMET

Come / Viaja / Vive

MAPAS GOURMET

4 Buenas razones para comer insectos… Es mejor irse acostumbrando

Mucha gente considera que los insectos son sucios y asquerosos, pero por donde lo veas, comer insectos es una buena idea. La Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO) de la ONU, sostiene que comer insectos puede ser una posible solución al hambre en el mundo.

En 2030 el mundo tendrá que alimentar a más de 9.000 millones de personas, además de los miles de millones de animales que se crían anualmente. La FAO estima que expandir la superficie dedicada a la agricultura no es una opción sostenible. Los océanos están sobreexplotados, y el cambio climático y la escasez de agua podrían complicar la producción de alimentos. Para hacer frente a esos retos y a la hambruna, los expertos de la ONU creen que lo que comemos tiene que ser reevaluado. Y ahí entran los insectos.

La propuesta de Naciones Unidas resultó sorprendente para algunos e irritante para otros, pero no es insensata. Y no puede ser más difícil acostumbrarse a comer hormigas que a comer caracoles… Además de que en muchos países asiáticos ya forman parte de la dieta habitual y para algunos cocineros son un exótico y apetecible ingrediente. Consumirlos tiene grandes ventajas medioambientales y tú también deberías intentarlo; no falta mucho para el 2030 y es mejor irse acostumbrando…

1. Los insectos son fuentes confiables de proteína, vitaminas y minerales

El cuerpo de un saltamontes tiene más de 20% de proteína, ligeramente menos que la carne de res molida (aproximadamente 27%). Pero si asas a los saltamontes para quitarles el peso en agua, su contenido proteínico sube a aproximadamente 60%, lo que equivaldría a un ‘súper bistec’.

Los insectos ricos en proteína también son buenas fuentes de vitaminas y minerales. ¿Quieres evitar la osteoporosis? Entonces come grillos, cuyos cuerpos están cargados de calcio. ¿Buscas un buen suplemento vitamínico? Intenta con las termitas, son ricas en hierro. Mejor aún, prueba algunos gusanos de seda. Una porción de 100 gramos de las pequeñas orugas verdosas-grises proporcionan el 100% de los requerimientos diarios de cobre, zinc, hierro, tiamina y riboflavina. ¿Super food? Ya lo creo.

2. Criar insectos comestibles podría reducir las emisiones de gases de efecto invernadero

Reducir las emisiones de metano y óxido nitroso (dos compuestos químicos conocidos como gases de efecto invernadero) es de vital importancia para el control climático. Lo creas o no, el 18% de todos los gases de efecto invernadero provienen del estiércol y flatulencias de las vacas y cerdos. Eso es un porcentaje mayor que el de los automóviles, camiones y motocicletas en el mundo.

helado insectoLas moléculas ligeras de los gases de efecto invernadero entran a la atmósfera superior de la Tierra, y forman una capa densa. Al igual que los paneles de vidrio en un invernadero a la antigua, esta capa permite que la luz solar penetre pero no dejará escapar a cualquier calor residual.

Debido a este llamado efecto invernadero, la Tierra se calienta gradualmente, lo que causa estragos en los patrones del clima, y causa que los glaciares se derritan, y sí, crea condiciones de sequía que podrían llevar a la escasez de alimentos en muchas partes del mundo. Al criar rebaños de saltamontes en lugar de ganado, podríamos reducir el efecto invernadero hasta en un 60%.

3. La cría de insectos es más eficiente con la comida

Criar vacas, cerdos y ovejas es un desperdicio tremendo de recursos de agua y alimentos. Alternativamente, la ganadería de insectos es benigna. Todo se reduce a lo que se conoce como el indicador de eficiencia de conversión del alimento (o ECI, por sus siglas en inglés), una forma de medir los beneficios que varios animales obtienen de sus alimentos.

Obtener un indicador ECI significa medir el peso que un animal gana después de comer un peso establecido de alimentos. Los pollos, que producen entre 17.2 y 18.1 kilogramos de carne de 45.3 kilogramos de alimento, tendrán calificaciones ECI de 38 o 40.

El ganado vacuno y las ovejas producen valores ECI impactantemente bajos de 10 y 5.3 respectivamente. En otras palabras, el 90% de la dieta de un buey y el 95% de la de una oveja se desperdicia.

Los valores exactos de ECI para los insectos son difíciles de obtener. Sin embargo, los índices que tenemos ciertamente son respetables: 19 a 31 para los gusanos de seda, 16 a 37 para gusanos cortadores occidentales pálidos, y hasta 44 para las cucarachas alemanas. Además, pocos (si es que hay) efectos dañinos son asociados a la cría comercial de estos artrópodos.

Algunos insectos, incluido el gusano de la harina, pueden llegar a la madurez sin un solo sorbo de agua. Estos organismos metabólicamente ahorrativos obtienen toda la humedad que necesitan de las pocas moléculas de agua en sus alimentos secos.

4. Podríamos reducir el uso de pesticidas potencialmente peligrosos

¿Aún no estás listo para ordenar hamburguesas de insectos en lugar de res? Entonces considera que muchas de nuestras plagas comunes de jardín son comestibles. Si todos llevaran al plato a criaturas rapaces como los gusanos del fruto de tomate y gorgojos para cenar, tendríamos poca necesidad de utilizar la mayoría de los polvos pesticidas de venta libre y los sprays. En una escala global, esto podría crear una diferencia increíble a la salud del medio ambiente y para nosotros.

entomophagyRecolectar a mano los insectos de plagas también puede ayudar a las economías rurales. En partes de África, el cultivo comercial no es la fruta del mopane sino su plaga; las orugas de las polillas emperador. En un buen año, los recolectores de estos insectos (conocidos comúnmente como gusanos mopane) pueden recolectar hasta 18.1 kilogramos de las orugas gordas que próximamente se convertirán en polillas. Las entrañas de estos animales salen de sus cuerpos brevemente hervidos en agua salada y extendidos en el sol.

Hace dos o tres décadas, el negocio del gusano mopane era de bajo perfil, con el producto seco y empacado en pequeñas bolsas de plástico o vendido en tazas de estaño en las paradas rurales de autobús. Ahora, varias empresas sudafricanas comercializan aproximadamente 1.6 millones de kilogramos de estos bocados anualmente. Su país vecino, Botswana, produce un estimado de ocho millones de dólares al año, y en Zimbabwe incluso hay reportes de caza furtiva de mopane e historias sobre pandillas armadas que roban los gusanos a recolectores rurales.

La promoción de la ingesta de insectos requiere estrategias de comunicación diseñadas a la medida en las distintas zonas del mundo, opina la FAO. En los trópicos, donde comer bichos está más aceptado que en occidente, la comunicación debe ir encaminada a difundir que los insectos son una valiosa fuente de nutrición para contrarrestar la creciente occidentalización de dietas. En las sociedades occidentales, en cambio, los expertos de la ONU se topan con una barrera psicológica: el informe indica, así, que se necesitan estrategias de comunicación y programas educativos “que aborden el factor asco”. La FAO recomienda “la creación de nuevas recetas y menús en los restaurantes hasta el diseño de nuevos productos alimenticios”. Aunque parezca difícil, en el organismo están convencidos de que las dietas son susceptibles de cambiar rápidamente, sobre todo en un mundo globalizado: “La rápida aceptación del pescado crudo en forma de sushi es un ejemplo válido”.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.