América del Norte, Océano Pacífico imponente y, en el margen, la encantadora ciudad de San Francisco. Refinada, señorial, victoriana, de calles empinadas regadas por sus clásicos tranvías, su “Dorada Puerta” Golden Gate, su gusto por el arte, la alta cocina y los buenos vinos. Y, si de buenos vinos se trata, no es una caprichosa casualidad; las 55 millas que la separan de Napa Valley la convierten en uno de los destinos eno–gastronómicos más importantes del mundo.
Por Juan Giacalone
California tiene una superficie que alcanza casi las tres cuartas partes del tamaño de Francia, representando casi el 90 por ciento de la producción del vino estadounidense.
Napa, el “Valle de la Abundancia” (en lengua indígena), recibe cada año miles de turistas que buscan embeberse en la cultura del vino y disfrutar de sus sensacionales blancos de Chardonnay y sus tintos de Cabernet Sauvignon. Como una de las primeras regiones en abrazar el turismo del vino, hoy, tanto Napa como otras regiones del estado, proponen una elegante y casual experiencia a los visitantes que se sienten atraídos por el clima, la calidad de sus vinos y la amplitud de actividades que se ofrecen. Desde paseos por las viñas en limusinas, visitas y degustaciones en las exclusivas bodegas, paseos en globo al amanecer, recorridos en tren por los viñedos, hasta comidas en restaurantes de primer nivel.
Los variados terroirs poseen no sólo productos distintivos sino, además, experiencias turísticas diferenciadas. Si viajas en busca del Zinfandel, el destino es el Condado de Sonoma, específicamente Rockpile y Dry Creek. Además de ser la cuna de esta cepa, Sonoma es el lugar que dio a luz las primeras bodegas californianas. Martinelli y, sobre todo, Turley producen los Zinfandel más buscados, procedentes de viejas viñas que alcanzan niveles de alcohol de hasta 17 grados. Tienen muchos detractores, pero el apoyo incondicional de importantes críticos con sus altas puntuaciones y el aliciente de su escasa producción, los convierten en botellas de culto y en el deseo de enólogos y coleccionistas.
Las experiencias más glamorosas se encuentran, sin duda, en Rutherford, Oakville y sus alrededores. Es común encontrar limusinas entre los viñedos que trasladan a los visitantes que buscan el Chardonnay y el gran Cabernet Sauvignon que elaboran. Los recorridos deben puntear dos de las bodegas más emblemáticas: Stag’s Leap Wine Cellar y Opus One. Elegancia y mineralidad, equilibrio y taninos sedosos los convierten en vinos majestuosos.
Opus One es una de las más atractivas de Napa, fruto del joint venture de Robert Mondavi con el francés barón Philippe Rothschild (propietario de la bodega bordelesa Château Mouton Rothschild y de la mendocina Flecha de Los Andes). Entre sus creaciones encontramos un corte de uvas bordelesas de gran categoría. Pletórico de fruta, especiado, imponente cuerpo y elegante persistencia… Uno de los mejores del valle.
Estamos en las coordenadas donde se ubican las bodegas productoras de los vinos más importantes de California. Varios son los factores que han causado este fenómeno. El primero de ellos ha sido el apoyo incondicional del más influyente crítico norteamericano, Robert Parker, a quien le encanta su estilo opulento y excesivo, nada austero, cargado de fruta, de alto alcohol, de abundantes, pero suaves taninos y de una buena dosis de roble nuevo francés. Así, la lista se compone de estos célebres tintos californianos como Beringer, Caymus, Chateau Montelena, Diamond Creek, Dominus, Dunn, Mondavi, Araujo, Harlan Estate, Bryant Family, entre otros.
Como contrapartida de este mosaico productor, al Sur, en Santa Bárabara, Santa María y Santa Ynez, la protagonista es la Pinot Noir, estupenda y caprichosa cepa de origen francés que sigue cosechando enamorados. No dejes de visitar el viñedo Bien Nacido (de la bodega Au Bon Climat), un real exponente de Pinot Noir americano; intenso, aterciopelado y de larga expresión en boca. De los blancos, en Kalira Wines, nos sorprendió un Semillón increíble, rico en fruta y en notas herbales.
California no sólo es sinónimo de vinos increíbles; es común encontrar en todos los condados lugares ambientados (con un gusto exquisito) donde se puede comprar productos elaborados en la región, frutas, vegetales y excelentes quesos. Un oasis de color y sabor para conquistar los sentidos.
¡Te invitamos a descubrir este maravilloso destino en tu próximo viaje!
Fotos: www.unplash.com