Por Antonieta Torres
Tanto hemos escuchado al respecto, que poco sabemos del origen de las hamburguesas.
Moldeado de carne molida de res que se coloca entre dos rebanadas de pan esponjoso. Esa sería una definición for dummies de lo que hoy conocemos como hamburguesa. Pero, para sorpresa de muchos, el platillo emblemático de la cultura pop encuentra su origen en la antigüedad del mundo occidental.
Existe evidencia de que en Roma se consumía una especie de alimento similar: carne picada de res con piñones y especias, que ponían en el interior de un pan.
El nombre actual proviene de la ciudad de Hamburgo, Alemania, de donde llegaron inmigrantes a Estados Unidos. Ahí comenzaron a vender “filete americano estilo Hamburgo”, muy parecidos al frikadelle, albóndigas aplanadas. Posteriormente se comercializaron al estilo sándwich.
Se cree que las primeras hamburguesas se elaboraron en los EEUU a finales del S. XIX, y la primer cadena de restaurantes que ofrecía este producto se llamaba White Castle, fundada en Kansas en 1921. Fue hasta 1948 que se instituyó la más famosa, Mc Donald’s.
(Cifra estadística: los estadounidenses consumen en promedio tres hamburguesas a la semana.)
Hay hamburguesas de muchos tipos: res, ternera, pollo, pescado, mariscos, soya, lentejas, berenjena, etc. Se pueden preparar tanto asadas como fritas, pero no se recomienda comerlas a término medio, salvo cuando podemos asegurar la inocuidad de su origen o distribución. Definitivamente, no es recomendable dejar a medio cocer las hamburguesas de pollo, ya que, en las condiciones actuales de producción, se corre el riesgo de contraer salmonela.
Existe una controversia nutricional alrededor de la hamburguesa, ya que en los años 90 se llegó a considerar su consumo como un riesgo para la salud. Actualmente, el verdadero riesgo va en función del abuso en el consumo y de la calidad de los ingredientes. Para muestra, la campaña de Jaimie Oliver contra McDonalds.
Después de estos datos, busquemos las mejores opciones para preparar y comer hamburguesas. Además el pan, podemos variar y hacer nuevas creaciones, quién sabe si alguna de ellas pueda tener algún secreto saludable… y millonario.
¿A ti cuál te gusta más?