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Las chicas sólo quieren divertirse con un clásico del rock

Cuando Cyndi Lauper tiene 30 años lanza un himno de las chicas liberadas y las madres que esperan en la cocina a una hija “descarriada”, mientras hace catarsis rompiendo huevos.

Por Analhi Aguirre

Allá en el comienzo de los increíbles, coloridos y rebeldes años ochenta, había dos chicas que eran “muy inusuales” y atrevidas: Madonna y la señorita Lauper. Las dos estaban en un Nueva York bien duro para las mujeres. Sin embargo, ambas mostraban a su manera otras letras de canciones para un público que todavía no estaba acostumbrado a estas muchachas que sólo querían divertirse.

En medio de la mañana, Cyndi aparece toda alocada, pero feliz, cuando su mamá prepara su desayuno. Ante los reclamos de la señora, la joven le aclara que ella no es de las “afortunadas” y que quiere pasarla bien. Así, se declara una división de clases determinante que tiene que ver con esa casa y su cocina. Por eso, al final del vídeo, Cyndi trae a su clan de amigas y convierte su cuarto en una fiesta. Aquí no hay caviar ni salmón sino pilas de pizzas. Eso sí, hasta mozos con bandejas aparecen, mientras el papá y la mamá se ven cada vez más preocupados por su hija sin solución. Aunque en ocasiones esta pequeña historia pseudofeminista se lee sólo como un grupo de chicas desaforadas, en realidad, marca clases sociales y generaciones de mujeres referidas justamente por la primera escena. Dato para ver: esta canción es parte de la banda de sonido de una película que no parece tener relación con su letra, pero que al final sí la tiene: la maravillosa The Goonies (1985) de los genios Richard Donner y Steven Spielberg.

 

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