Chai es la palabra utilizada para decir té en muchos idiomas, pero también se refiere a una bebida en particular que puedes encontrar a lo largo y ancho de la India y que encanta a quien la prueba.
El chai es parte esencial de la vida en la India, se bebe a cualquier hora del día, solo, con amigos o en familia. A pesar de que hoy en día se puede conseguir una taza de esta bebida en cualquier rincón de este país, no fue popular sino hasta la etapa de colonización inglesa. Antes de este tiempo, los indios eran bebedores de café.
Hoy en día, el mundo occidental está completamente fascinado con el chai; no hay cafetería que no incluya esta bebida entre sus opciones de té, sin embargo, pocas veces éste se asemeja al original, pues suele ser elaborado a partir de jarabes o concentrados artificiales. El chai tradicional es una mezcla de té negro, leche, azúcar y especias, las cuales varían dependiendo de la región de la India en la que te encuentres, incluso cada familia tiene su propia receta; las más utilizadas son cardamomo, canela, jengibre, clavo y pimienta.
A continuación puedes encontrar una receta para elaborar tu propio masala chai en casa. Siéntete libre de ajustar la cantidad de especias dependiendo tu gusto, el clima o tu estado de animo. Recuerda que especias como la pimienta negra y el jengibre, incluidas en la receta, dan una sensación de calor en el cuerpo, mientras que el cardamomo puede resultar más refrescante.
Ingredientes
Masala
160 gramos de pimienta negra en polvo
125 gramos de jengibre en polvo
50 gramos de canela en polvo
50 gramos de cardamomo
5 gramos de clavo en polvo
5 gramos de nuez moscada en polvo
Mezcla todos los ingredientes. Te recomendamos utilizar las especias enteras y pulverizarlas en un mortero o molino para café, de esa manera obtendrás un sabor más intenso.
Chai
Para una taza:
1/2 taza de leche
1/2 taza de agua
1/2 cucharadita de masala
una bolsita de té negro
una cucharadita de azúcar
Pon todos los ingredientes en una olla a fuego medio. Cuando el líquido comience a burbujear, revuelve el chai para disolver las especias. Al romper el primer hervor, apaga el fuego y revuelve una vez más. Vuelve a encender el fuego y repite este paso. Sirve el té en una taza y disfruta.